domingo, 7 de noviembre de 2010

Editorial - ¿ARTE Y TRADICIÓN?


EDITORIAL

Desde tiempos inmemorables los animales han servido al hombre en sus labores, pero matarlos por mera tradición ¿es necesario? La corrida de toros es una costumbre española conocida en todo el mundo, pero a la vez es asunto de polémica.

Pocos saben que su origen tal vez se remonta muchos siglos atrás, pues en la Biblia narran sacrificios de toros, aquí se demostraba que valía más la destreza y habilidad que la fuerza física. Por ello se podría asumir que de aquí nace este espectáculo, que para muchos, es inhumano.

Es tal el espectáculo, que tal “tradición” se ha extendido por todo el mundo. Y obviamente el Perú no podía ser la excepción.
A pesar de que existen muchos movimientos anti taurinos aún no se logra vetar esta “tradición” pues el estado peruano no ve más allá de sus ojos. Más allá de que puedan defender sus intereses económicos, hay que darse cuenta que estos animales son torturados antes de salir al rodeo y son masacrados hasta matarlos haciéndolos sufrir. Tal inhumanidad es propia de personas que carecen de corazón y compasión. Y más inhumanos son aquellas personas que alientan a los toreros.

¿Este tipo de tradición foránea conlleva a algo? ¿Acaso hay que matar a otro ser viviente para demostrar que un hombre es valiente, osado y magnánimo?
En Cataluña, desde julio de este año ya se ha prohibido la corrida de toros y viene a ser un claro y noble ejemplo a seguir.

El Perú no solo adopta palabras extranjeras y se las peruanisan, sino también hacemos de costumbres ajenas nuestras costumbres, evidencia de que el Perú sigue careciendo de identidad.

Una tradición debe ser algo que identifique a una sociedad, la cual debe buscar ser reconocida como pensante donde todos los que la integren busquen el beneficio colectivo.

Miguel Lopéz

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